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SEXO EN EL MATRIMONIO

- ¿Qué es válido dentro del matrimonio?

En lo que a la relación sexual se refiere, ya que al igual que en los demás aspectos de la vida, la intimidad sexual está altamente influenciada por el mundo.

Sabemos que el mercado sexual genera tremendas ganancias a quienes lo explotan, así que en cualquiera de sus modalidades es utilizado con eficacia en los diversos medios de comunicación y comerciales. Así, las telenovelas y programas familiares de la televisión de nuestros tiempos utilizan cada vez más escenas eróticas, pues estas atraen a más público.

La misma publicidad utiliza con eficacia este medio, y la pornografía que cada vez más esta al alcance de todos, así que de alguna forma ya no tan solo se está enseñando al espectador que el sexo es tan bueno, delicioso e inofensivo que debe practicarse cuanto antes, sino que también se les enseña que pueden practicar diversas variantes tales como la sodomía o mal llamado sexo anal, el sadismo, el fetichismo, el masoquismo, y otras costumbres que hacen se cambie el uso natural de nuestros cuerpos.

Observen que no estoy mencionando el sexo intercambiando parejas, o entre tres, ni el sexo con animales entre otras modalidades ya que estas aberraciones que también enseña el mundo no deben ni siquiera suponerse como posibilidades viables en el matrimonio.

A este respecto debemos hacer uso del sentido común aplicando las enseñanzas Bíblicas comprendiendo lo que es aberrante delante de Dios, observemos tan solo un pasaje en el libro de Levíticos capítulo 20:10-16.

“Si un hombre cometiere adulterio con la mujer de su prójimo, el adúltero y la adúltera indefectiblemente serán muertos. Cualquiera que yaciere con la mujer de su padre, la desnudez de su padre descubrió; ambos han de ser muertos; su sangre será sobre ellos. Si alguno durmiere con su nuera, ambos han de morir; cometieron grave perversión; su sangre será sobre ellos. Si alguno se ayuntare con varón como con mujer, abominación hicieron; ambos han de ser muertos; sobre ellos será su sangre. El que tomare mujer y a la madre de ella, comete vileza; quemarán con fuego a él y a ellas, para que no haya vileza entre vosotros. Cualquiera que tuviere cópula con bestia, ha de ser muerto, y mataréis a la bestia. Y si una mujer se llegare a algún animal para ayuntarse con él, a la mujer y al animal matarás; morirán indefectiblemente; su sangre será sobre ellos”.

Si este pasaje aún no fuera suficiente, te animo a leer… Éxodo 22 - Levítico 18 - Deuteronomio 27 que hablan ampliamente de las aberraciones sexuales que desde ese tiempo ya existían.

En el libro a los Romanos capítulo 1:18, 19, 21, 24, 26-32 leemos.

“Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad; porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío. Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen; estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades; murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia; quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican”.

Los matrimonios cristianos deben recurrir a la palabra de Dios y al mismo Dios en oración para pedir sabiduría y discernir entre los que es correcto y lo que no lo es en su relación sexual, ya que por otro lado hay casos donde la práctica de la sexualidad se ha convertido en mera rutina mecánica, de forma tal que tanto el varón como la mujer se sienten utilizados para la satisfacción de los instintos sexuales de su cónyuge, por lo cual es importante no caer en estos extremos.

Es curioso como hay personas que no ponen objeción alguna para prodigar caricias con su boca en otras partes del cuerpo, las mejillas, las manos, la frente, etc, pero se niegan rotundamente a dar o aceptarlas en sus áreas sexuales olvidándose que se trata del mismo cuerpo.

Otros rechazos muy comunes en la intimidad de los matrimonios es la práctica de diferentes posiciones para llevara acabo el coito, suponiendo también que es aberrante, sin que en realidad lo sea, olvidándose que la intimidad sexual es una bendición de Dios pues los seres humanos somos los únicos seres vivos capaces de disfrutarlo, ya que en los animales el sexo es instintivo para preservación de la especie, así que es perfectamente válido todo aquello que coadyuve a disfrutar plenamente de este regalo de Dios siempre y cuando no denigre a ninguno de los consortes ni ofenda a Dios.

Debo mencionar que he tratado casos en los que la falta de un entendimiento y comprensión mutua en la intimidad sexual genera frustraciones, infidelidades y rompimientos, todo por no comprender que Dios si permite que nos disfrutemos plenamente uno al otro.

En 1 de Corintios 7:3-5 leemos lo siguiente.

“El marido cumpla con la mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con el marido. La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido; ni tampoco tiene el marido potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer. No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia”.

Esta porción claramente enseña que tanto el hombre como la mujer deben entregarse uno al otro.

La Biblia enseña que debe complacer a su pareja. La necesidad sexual es más frecuente en el varón por la propia naturaleza de su cuerpo. Lamentablemente muchas mujeres no lo comprenden y sin darse cuenta orillan a sus esposos a la infidelidad.

La frecuencia de la relación sexual debe estar dada en función a la necesidad y deseo de ambos por mostrar su amor de esta forma tan sublime e íntima, así que mientras algunos lo practican diariamente, la mayoría lo hace una o dos veces por semana.

Sin embargo…

Si uno desea al otro debe hacérselo saber con ternura y amor y el otro ceder tal como lo indica la palabra de Dios.

Para terminar con este tema, los matrimonios cristianos deben estar concientes que el sexo es una bendición de Dios que se debe disfrutar plenamente, y que todo lo que se haga para tal efecto debe quedar en la intimad de sus corazones y de su habitación.

Nadie más debe participar. Deben ser cautos para no hacerlo a la vista de los hijos, o de cualquier otra persona.

Si acostumbran jugar, vestirse de manera especial para la ocasión o hacer cualquier otra cosa por el estilo que insisto, no denigre a ninguno de los dos ni ofenda a Dios, todo debe ser en la absoluta intimidad.

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