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¿Qué tratamientos existen para el vaginismo?

Existen soluciones efectivas para tratar el vaginismo. La mayoría incluye el tratamiento terapéutico por parte de un psicólogo o sexólogo. La terapia sexual ha demostrado gran
efectividad en los casos de vaginismo. El tratamiento se basa en el principio de educación sexual y el uso de entrenadores vaginales.
Los entrenadores (dilatadores) vaginales están fabricados en plástico y son de cuatro tamaños graduados. Se trata de cilindros huecos con terminaciones redondeadas que permiten llevar a cabo el tratamiento de forma suave y progresiva. Se comienza utilizando el más pequeño y poco a poco se va subiendo el tamaño hasta que se consigue introducir el tamaño más grande fácil y cómodamente. Existe un mecanismo con un asa que se puede girar para facilitar su inserción pero muchas mujeres prefieren no utilizarlo. Algunas mujeres no se sienten cómodas con estos aparatos y prefieren usar sus propios dedos para esta terapia lo cual es perfectamente valido. Algunas mujeres pueden sentir reticencias a la hora de iniciar este tipo de terapia pero merece mucho la pena ya que el índice de éxito es muy elevado.
Las razones psicológicas que dan como resultado el vaginismo deben ser tratadas. El énfasis del tratamiento no debe ser simplemente el espasmo vaginal pero puede incluir técnicas de relajamiento, el uso de imágenes visuales (imaginar una cierta situación), ejercicios de tipo pélvico y programas de comportamiento cognitivo. El enfoque de comportamiento cognitivo tiene como meta reducir la ansiedad y reemplazar las creencias irracionales y desarrolladas a partir de mal entendidos sobre el sexo y la sexualidad con otras que tengan una base anatómica, fisiológica y psicológica. Trata de corregir suposiciones básicas e incorrectas que forman parte de los sentimientos erróneos que muchas personas tienen sobre el sexo.
El paciente asume una responsabilidad y debe participar activamente en su propio tratamiento tomando control de la situación gradualmente en cuanto su nivel de ansiedad vaya disminuyendo. El programa de tratamiento se hará a medida de que cada paciente y sus necesidades. El terapeuta y el médico le explicará cada paso, y se debe llegar al consenso con el médico ya que esto aumentará mucho las posibilidades de éxito del tratamiento. El rol del médico o terapeuta es el de facilitar y guiar a la mujer para que se implique en su propio tratamiento para que eventualmente pueda tomar el control de su propio cuerpo.

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